viernes, noviembre 17, 2006

EL CANDIDATO


El candidato prefirió no mirar atrás. Temió que su mentón y el triste paréntesis de una sonrisa contrahecha, le traicionasen como sal de un mar extraterrestre. Al otro lado del cristal del aeropuerto quedaba ella. Un breve cielo que lo acompañó en la victoria. La abandonó al tráfago del mundo sin la consideración que merecen unas leales zapatillas. No se la podía permitir. No podía morir de error aunque, sin saberlo, acababa de aniquilar la seda de su propia vida.
Imagen de Maurizio Bonfanti

1 comentario:

nancicomansi dijo...

Que críptico, que bello lo de aniquilar la seda de su propia vida...la foto, tremenda...