lunes, octubre 10, 2011

Nicontigonisinti (microrrelatos)






Tomó su cabeza entre las manos, tan pequeñas. La tarde se quedó sin palabras y ellos sin saliva "¡Más agua, por favor!" Gritaba Enrique VIII


"Gracias por existir", le dijo él con los ojos empañados por las lágrimas. "De nada, pero deja de pisarme el juanete, por todos los dioses".


"Miré y no encontré luna. Y me di cuenta que tú eras la luna", dijo él solemne. "No my, dear", resolvió ella, "había luna llena y tú estabas borracho, muy borracho".


"Me siento vacío sin tu piel", le dijo con los ojos inundados de emoción. "Pues a ver cómo lo arreglamos, sólo tengo una (piel) y tres novios más", contestó ella.


"Me encanta el brillo de tus ojos", le dijo él. "No te engañes", contestó ella, "he estado llorando por otro".


"No sé si es amor o adicción. No sé si te quiero", le dijo él pegado a su cara, "Sólo sé que mon coeur batte pour toi trés fort". Ella tocó su pecho y sintió frío. "Debe ser adicción", concluyó.


"Sé que me quieres, lo sé", le dijo él. Y añadió: "Mírame a los ojos y dime que no es verdad". A ella se le escapó una lágrima: "Sí, sí...y mucho, vive Dios, pero no de esa manera, cariño"


"Me has dejado algo nuevo dentro", le escribió él en un sms. "Cierto. Se me olvidaron los bostezos en tu casa, ¡aburrebragas!", contestó ella.


"Tengo celos hasta de los neutrinos", se dijeron perdidos entre la basura interestelar.


"No nos vamos a enamorar ¿verdad?" susurró en su oído, mientras se le escapaba la vida entre las piernas. "¿Lo dices en voz alta para convencerte a ti mismo?" exclamó ella desmayada como una flor. "Lo que tú digas, mi amor, lo que tu digas", añadió ella convertida en agua.


"O tú, o ninguna, cabrona mía", le dijo él. "Pues será otra, porque yo, lo que soy yo, no voy a ser", contestó ella.


"Ahora lo tengo claro, eres la mujer de mi vida", dijo él: "No puedo ser la mujer de tu vida porque soy la mujer de la mía". Le leyó ella un manifiesto feminista mientras se ponía el sujetador.


"¿Sabes? Siempre he soñado con este momento", afirmó ella entre suspiros, muy cerca de su oído. "Perfecto, pues este momento ha llegado", añadió él con prepotencia..."Sólo, sólo hay un problema", dijo ella separando los labios del guaperas..
-¿Qué, qué, cual es el problema?--inquirió él
-Que eras mejor en mis sueños
(Escena de "El amor tiene dos caras")

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