martes, mayo 14, 2013

A ciegas



Fue bonito
pasearte a ciegas.
Leer tus labios
con la yema de 
mis dedos. 
Dibujar tu óvalo,
la barbilla a lo
Che Guevara.
Resbalarme por
entre tus párpados
y aspirar tu perfume
                               tan acogedor.
Me hubiese quedado
en tu boca todo
el día.
A pesar de la ceguera,
de la sed, del hambre,
de tu humanidad 
desconocida que
me dijo tanto a oscuras.

De tus ojos,
como ascuas
que me buscaron
desde el principio.

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