domingo, mayo 05, 2013

Honestidad Canibal (Poliamor y el mito de la monogamia)




La especie humana es infiel por naturaleza. Lo explican, tras muchas horas de investigación, el matrimonio conformado por la psiquiatra del Swedish Medical Center en Washington, Eve Lipton y David Barash , psicólogo de la Universidad de de la misma ciudad. Ambos son autores del libro "El mito de la monogamia, fidelidad e infidelidad en animales y personas".  

Los datos son contundentes. De las 185 sociedades humanas estudiadas, sólo 29 practican la monogamia y apenas un tercio desaprueban la infidelidad. Pero hay más: de las 4.000 especies de mamíferos existentes, menos del 50% viven en pareja.  En resumidas cuentas:  que la monogamia es más una excepción que una regla. E incluso en las parejas regladas,  el 50% de los hombres occidentales confiesan haber sido infieles a sus partenaires en al menos una ocasión en sus vidas. Este porcentaje alcanza el 30% en las mujeres.

Los defensores del denominado poliamor, que como su propio nombre indica, consiste en mantener una relación amorosa, sexual e incluso cohabitacional con más de una pareja, se agarran a estos datos para defender su estilo de vida. Este término comienza dar tumbos por el espacio social desde los años 20, gracias a personajes como William Moulton Marston, un auténtico genio, un peso pesado en la psicología moderna; creador, entre otros inventos,  del primigenio polígrafo e incluso del cómic Wonder Woman  (Mujer Maravilla) .

Según algunos de sus practicantes, en estas uniones predomina la honestidad caníbal. No hay mentirijillas que valgan y la fidelidad se toma en su sentido más moral, menos posesivo. El poliamor nada tiene que ver con los swingers, o intercambios de parejas, ni con los mormones. Es otra cosa.  Hay grupos poliamorosos establecidos y duraderos en el tiempo --lo cual no quita para que compartan su cuerpo con otras personas aunque siempre informando al grupo-- donde todos sus miembros tienen la misma importancia. Hay otros en los que uno de los amantes debe tolerar un puesto secundario en la relación. Quizá llegó después, o no comparte con la amada/o otras rutinas como la convivencia o la hipoteca.

Lo importante en el poliamor es el pleno consentimiento y conocimiento de todas las partes. Y este es el pacto. Los poliamorosos entienden que en la variedad está el gusto, que lo lógico y lo natural, según nos enseña la naturaleza, es la elección de varios compañeros sexuales a lo largo de nuestra vida. Asimismo, esta práctica enseña una lección: la de romper el juego de egos de las relaciones amorosas. Los celos son tolerables, pero sin el apego agresivo de las pasiones ni la ceguera del frenesí.

Desde fuera esto me resulta de un civilizado desasosegante. O sea, tan o más aburrido que las relaciones convencionales. El poliamor es divertido siempre y cuando seas "el artista invitado" y no estés de segundo plato. Además, por un lado, volvemos a la idea del pacto, del trato (con papeles o no) que preside gran parte de las uniones del tipo que sean. Por el otro, siempre existen las comparaciones que, como todo el mundo sabe, son odiosas. Pero es que es imaginarme a otra tirándose al hombre de mis sueños y pueden suceder dos cosas: A) Que les clave las uñas en plan Catwoman y de ahí me lleven al psiquiátrico y B) Que repudie para siempre al objeto amoroso. 

Yo me dejaría querer (es un suponer) pero sin etiquetas, por favor; que de ahí a ser cobayas del matrimonio Lipton-Barash no hay ni un paso. ¡Y es tan poco romántico!.

La imagen es de mirales.es

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5 comentarios:

Santi dijo...

Leí hace no mucho en un maravilloso libro de la historia de la ciencia (Una breve historia de casi todo.', que algo previo a la monogamia ocurrió entre nuestrso antecesores los autralopitecinos al hacerse bípedos.
Las hembras al ponerse en pie reforzaban sus caderas a costa de estrechar el canal del parto, lo que requería crías con un cerebro menos maduro al nacer y una mayor tiempo de maduración hasta la etapa adulta,en la que eran requeridos fuertes vínculos entre sus progenitores.
Y sin embargo también por nuestra naturaleza mamífera, siglos y siglos después nos sigue afectando el 'Efecto Coolidge'según el cual nos sentímos atraidos/as por casi cualqier nuevo/a vecino/a en el edificio.
Cada uno que se apañe como pueda. ;)

Anónimo dijo...

Sí hay una fidelidad emocional, pero la física es un invento, mal vamos..

Hermes Solenzol dijo...

Vivo en una relación de poliamor desde hace un año, y te aseguro que es todo menos aburrido. ¿Civilizado? Bueno, mejor eso que andar clavándoles las uñas a la gente y que luego te internen en un psiquiátrico ¿no?

Santi, creo que hemos evolucionado para criar a los niños en una tribu, no en una pareja.

LOLA GRACIA dijo...

Hermes, felicidades. Yo creo que no podría, pero me alegro de que tú sí y que te haga feliz.

Anónimo dijo...

Yo vivo una relacion asi desde hace un año, y no libremente, impuestas x circunstancias,y es de todo menos feliz,no es logico programar el amor , el fin de semana, o con quien haces el amor.....por no hablar d todo tipo d sentimientos que suscita...celos odios rencor luchas x ser la "unica " o primera.....x eso ya tome la decision d irme y mi pareja dice q de la otra prrsona sera amiga ....mi experiencia es q si eso no te gusta o no crees en ello y no lo puedes soportar....no lo hagas..xq te destrozara como persona y las frustraciones salen por algyn sitio
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