domingo, marzo 15, 2015

El selfie más íntimo







Esto del sexo virtual se está sofisticando tanto que no sé dónde vamos a llegar. Imagino que lo próximo será ponerte un cohete en el culo y salir despedido por los aires, mientras un amigo de confianza te graba con el móvil. Pero, claro, para eso necesitas un amigo de confianza y estamos abocados a un mundo de solitarios donde falta precisamente eso, los amigos de confianza. Y por eso es que existe el mundo virtual, para erradicar la intimidad de las relaciones humanas. Y no me refiero sólo al sexo, sino a ese otro componente tan rico, tan especial de los amigos, de los amantes, cuya complicidad puede excluir hasta las palabras. Con una mirada todo está dicho. O con lo que yo llamo, contraseñas de tribu, de clan, o de pareja.





Yo lo que os quería contar es que se han inventado un vibrador con cámara para hacerte selfies de tus partes más internas. Es como un gusiluz diabólico que muestra toda la casquería que se esconde bajo nuestra piel.

Casi, casi como esos videos que ponía el padre de un colega de clase que era cirujano. Lo malo es que te los colocaba a la hora de la comida. Imaginaos el espectáculo de una operación a corazón abierto mientras tú intentabas comerte un bistec. Pero sigo, que me disperso.
El artefacto, pensado sobre todo para el público gay, es un vibrador con cámara que se llama Gaga, imagino que en honor a la gran musa cantante.

Entiendo que las partes íntimas son eso, íntimas, únicas e intransferibles. Hay vaginas bonitas y otras horrendas. Hay anos que da gusto verlos y otros llenos de pelos. Y aquí quiero llegar a parar ¿No tenemos bastante con cuidar hasta la extenuación nuestro cuerpo físico externo? ¿No les basta a los cíber amantes con una fotillo del órgano en cuestión? Pues no, hay que retransmitirle al partenaire el orgasmo completo: todas entradas y salidas del vibrador hacia la cavidad susodicha y todas las contracciones del momento.

El vibrador tiene cámara y luz y es compatible con Facetime. Lo puedes retransmitir en vivo y en directo o puedes subir las fotos a Instangram, como gustes. El bicho se llama  Total, nada.

Yo soy partidaria de todos los avances, que conste, pero esto de la casquería tan pormenorizada no me pone nada de nada. Prefiero la piel con piel, el sudor, el licor de los fluidos en conjunción, las lenguas, las bocas y otras cosas ya me podéis comprender— pero, de verdad, no me pongo yo en situación con un vibrador con cámara. Que sí, que el otro puede ser mi objeto de deseo y que esté,  qué te digo yo, en Tombuctú, pero esto del vibrador con cámara me deja más fría que un polito de limón. En todo caso, para las distancias ya se inventó el sex-phone, que, personalmente lo prefiero. No hay nada como un buen jadeo, el desparramarse del otro para entrar en un éxtasis común.

No me veo retransmitiendo los pormenores de mi vulva. Quizá, vosotros, con ese punto morboso que os da mirarlo todo lo encontráis de lo más cool, pero este gusiluz que se lo meta otro por el culo, porque yo paso.


1 comentario:

Beauséant dijo...

algún día, dentro de miles de años, harán excavaciones arqueológicas entre nuestros restos y nos definirán como una civilización estúpida y enferma condenada a desaparecer :)