miércoles, marzo 30, 2016

Bisexualidad e intersexualidad

 

     
Las chicas bisexuales se han puesto de moda en Hollywood. Las chicas, no los chicos. Nunca entenderé por qué al género masculino le pone tanto ver a dos tías besarse o montárselo. Algún día le pediré a alguno de mis amigos que, tranquilamente, me lo explique.

El caso es que tenemos infinidad de fotos con pseudo estrellas de la pantallas con sus partenaires mujeres. Me parece bien, siempre y cuando no se convierta en una moda o en una estrategia de marketing para acaparar miradas, flashes y atención. No sé ustedes pero yo me tomo la sexualidad bastante en serio. Tanto, que el otro día discutí con un amigo de toda la vida porque proclamaba que el sexo era cosa de 10 minutos; que era el 10% en una relación de pareja. No se lo cuenten pero este no me vuelve a ver el pelo. Siento ser así de radical y borde pero, a veces, basta escuchar estas sandeces de alguien a quien respetabas para no querer volver a saber nada más de él. La vida es muy corta para perderla con tontos, por mucho que hayan sido tus amigos del alma.

 A lo que voy, que me disperso. La bisexualidad no es algo nuevo en Hollywood. Marlene Dietrich y Garbo lo eran. De hecho, les recomiendo un libro que leí hace algunos años absolutamente divertido y genial, titulado "Safo va a Hollywood".

 Alguna vez les hablé en estos artículos de la era Pre-Code del cine, justo antes del Código Hays. Las mujeres de L.A vivían su sexualidad como les venía en gana. No hacía falta ostentar el lesbianismo. Era algo natural. De hecho, la mujer en los telefilmes de los 30 le ponía los cuernos a su marido, se gastaba todo su dinero en la ruleta rusa y éste la perdonaba. No sólo eso, también le llevaba el desayuno a la cama. Bien, todo eso se terminó. De hecho, analicen las pelis de hoy día. Salirse de madre —si eres mujer—  siempre se paga. Lo que yo quiero afirmar en este artículo es que la bisexualidad no puede ser un postureo. Si es auténtico y verdadero, perfecto, pero para hacerse la foto ya tuvimos bastante con el morreo de Madonna a Britney Spears en aquella gala de los MTV.

 Hay un concepto muy interesante que creó, nada menos que en 1928, Gregorio Marañón: me refiero a la intersexualidad. Fue una idea que desarrolló a lo largo de los años pero básicamente nos dice que la sexualidad del ser humano evoluciona desde que estamos en el vientre de nuestra madre hasta que morimos. Nuestras hormonas cambian, nuestros apetitos y preferencias. La biografía y los avatares nos predispondrán a unas relaciones y evitaremos otras. Nuestra sexualidad no es inamovible. Las mujeres tienen en su biología y comportamientos partes masculinas. Y los hombres nunca deberían renunciar a su lado femenino que existe en mayor o menor medida. "lo masculino y lo femenino —aseguraba Marañón— no son dos valores terminantemente opuestos, sino grados sucesivos del desarrollo de una función única: la sexualidad". Es aquello del ying  (femenino)y del yang (masculino).

Hay hombres muy ying y hay mujeres muy yang y nuestra química vital y existencial cambia continuamente. Aparte de todo eso, existe la orientación del deseo erótico. Algunos seres sexuados sentirán atracción a lo largo de toda su vida  sólo por el hombre, sólo por las mujeres o por ambos indistintamente. Grandes artistas han jugado con la ambigüedad o con una sexualidad diversa como parte de su proceso vital y creativo y no pasa nada. Lo de David Bowie nunca fue postureo.  

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