viernes, septiembre 09, 2016

Lo cortés no quita lo caliente

Llega el verano. Noches de blanco satén o de esponjosa arena. Llega el verano y las hormonas corretean libres entre la piel, el sudor, la brisa marina o el pesado calor de la ciudad. Todo es plúmbeo incluso a determinadas horas del día, pero no importa. El deseo es persistente y despierta a primera hora de la mañana y, a pesar del pegajoso ambiente no se apaga, no se extingue. Apenas se apacigua o se alivia. Y pasa lo que pasa.

El deseo,  la excitación están  muy  bien pero en ocasiones, aplacar ese ansia viva convierte a las personas en auténticos animales de bellota. Hagamos las cosas, pero hagamoslas bien.
Quizá sea momento de establecer un decálogo de modales en la cama.  ¿Lo básico? Por supuesto, la higiene. Quizá os parezca de perogrullo  pero la higiene implica no sólo una ducha básica sino también una cierta ausencia de pelos en sitios comprometidos.  No el rasuramiento completo, no, pero, ya me entienden, un término medio entre el matto grosso y el monte pelado.
A mi me podéis llamar machista o lo que queráis pero, por supuesto,  siempre, siempre, las damas primero. Una amiga me contó que un chico le pidió a ella que se terminase "si eso", que él ya había eyaculado. Un horror. Es un ejemplo extremo pero real
.
Y lo de primero, es primero para todo, no sólo para los orgasmos. No se puede llegar exigiendo determinadas cosas como una felación sin antes hacer alguna cortesía previa. Así lo veo yo. Es aquello de "manos que no dais, que esperáis". No en balde, la palabra exigir debería estar ausente de un dormitorio donde dos adultos comparten un tiempo juntos. Las obligaciones tampoco se contemplan entre los buenos modales.

Lo digo siempre, el mamotreto de 50 sombras de Grey ha sido pernicioso. Os ha hecho creer a los hombres que a nosotras nos gustan que nos sometan, nos tiren de los pelos o nos den cachetes en el culo hasta dejarlo colorado y ya os digo yo, que así, por norma general, una se va a la cama con un señor para sentir placer y no dolor.

Los amantes de masoquismo existen pero no son legión. Hombres del mundo contaminados por el fenómeno Grey, dejaros el rollo de esposas y flagelamientos. Que me encanta el cuero porque favorece. Que si me aparece un maromo vestido de cueros con una mascarilla de esas tipo luchador mejicano lo que me puede ocurrir es que me dé un ataque de risa. Y las carcajadas en la cama son buenas pero demasiadas...ya sabemos  que no ¿verdad?

A nadie le amarga un dulce. A nadie le disgusta que le digan cosas bonitas, que le traten como a una reina/rey. Todos ansiamos sentirnos especiales, sentirnos extasiados .
También parece de perogrullo,  pero lo diré por si las moscas. El sexo es para pasarlo bien. En el momento en que desaparece el placer ya no tiene gracia. Pero ninguna. Hay partenaires que eso no lo entienden. Que no va con ellos. Que no tantean si van bien o no, que no investigan,  si no que repiten una rutina como de gimnasio. Resulta, que eso está muy bien para la autogestión del placer pero es grosero si estás con alguien más.

También, cierto porno ha hecho mucho daño. Si supierais que la mayoría de las actrices son lesbianas, quizá abandonaríais la obsesión por penetrar todo lo que se os pone por delante  (vagina, boca, culo, por ejemplo)
Triunfar en el mundo real es complicado . La frase lo cortés no quita lo valiente y lo caliente, lo resume todo. Dos ingredientes para un gran cocktail de verano.

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